ACTIVIDAD Nº 17: Diversidad funcional

¡Holaa!

En esta nueva entrada de blog os voy a hablar sobre diversidad funcional. Entre todas las muestras de diversidad funcional que hemos visto en clase he escogido el Síndrome de Down. No tengo personas cercanas pero si he estado en contacto con ellas tanto en campamentos de monitora de tiempo libre como en una escuela de baile a la que iba mi hermana, por lo que me gustaría profundizar más.

                                         


El síndrome de Down es una afección en la que la persona tiene un cromosoma extra. Los cromosomas son pequeños “paquetes” de genes en el organismo. Determinan cómo se forma el cuerpo del bebé durante el embarazo y cómo funciona mientras se desarrolla en el vientre materno y después de nacer. Por lo general, los bebés nacen con 46 cromosomas. Los bebés con síndrome de Down tienen una copia extra de uno de estos cromosomas: el cromosoma 21. El término médico de tener una copia extra de un cromosoma es ‘trisomía’. Al síndrome de Down también se lo llama trisomía 21. Esta copia extra cambia la manera en que se desarrollan el cuerpo y el cerebro del bebé, lo que puede causarle tanto problemas mentales como físicos.

Algunas características físicas comunes del síndrome de Down incluyen: Cara aplanada, especialmente en el puente nasal; Ojos en forma almendrada rasgados hacia arriba; Cuello corto; Orejas pequeñas; Lengua que tiende a salirse de la boca; Manchas blancas diminutas en el iris del ojo (la parte coloreada); Manos y pies pequeños; Un solo pliegue en la palma de la mano (pliegue palmar); Dedos meñiques pequeños y a veces encorvados hacia el pulgar; Tono muscular débil o ligamentos flojos y estatura más baja en la niñez y la adultez.

Las personas con síndrome de Down generalmente tienen un coeficiente intelectual (una medida de la inteligencia) en el rango de levemente a moderadamente bajo y son más lentas para hablar que las demás. Algunos de los problemas de salud más comunes son: pérdida auditiva, apnea del sueño obstructiva, infecciones de oído, enfermedades de los ojos y defectos cardiacos presentes desde el nacimiento.

En cuanto a las actividades apropiadas para trabajar con alumnos con síndrome de Down (SD) en el aula, siguen interrogantes sobre la viabilidad de su inclusión en centros convencionales. No obstante, es relevante destacar que un niño con síndrome de Down tiene el potencial de desarrollarse plenamente sirviendo como ejemplo de esfuerzo y dedicación para sus compañeros. La figura del educador desempeña un papel crucial en la inclusión de estos estudiantes, siempre y cuando posea la formación en Necesidades Educativas Especiales necesaria. Un profesional preparado está capacitado para comprender cómo estos niños aprenden, identificar sus habilidades sobresalientes y seleccionar estrategias pedagógicas que maximicen su progreso en el aula.

Por lo tanto, un buen consejo a la hora de trabajar con estos alumnos es obviar los estereotipos para poder ofrecerles una respuesta educativa coherente con las necesidades y la personalidad de cada caso. No obstante, y siempre sin olvidar este precepto, aquí se presentan algunas estrategias y actividades de aula acordes con las NEE más comunes de este alumnado.


Los niños con síndrome de Down son muy capaces de aprender, aunque su ritmo de aprendizaje suele ser más lento. Su capacidad de atención y memoria también son menores. Para superar estos déficits están las clases de refuerzo individual con el especialista. ¿Qué puede aportarle el maestro en el aula ordinaria? Mucho.

En primer lugar, es importante que le haga partícipe de las actividades. Utilizar técnicas de repaso, por ejemplo, ayudan también a asentar los conocimientos. Y para que le resulte más fácil comprender los contenidos de una materia, conviene que el maestro descomponga la información en niveles intermedios y en grados de dificultad. Los alumnos SD, en general, son buenos observadores. Si esta información se presenta por pictogramas, dibujos o vídeos, retendrán mejor los conceptos claves y las instrucciones que componen la tarea. Es habitual que estos niños se cansen o pierdan la atención rápidamente, así que conviene programar actividades en el aula breves y de contenido variado.


¡¡ Hasta la próxima !!





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