ACTIVIDAD Nº 16: O Pelouro

¡Holaa!

En esta entrada os quiero hablar sobre el papel de la escuela de O Pelouro (situada en Caldelas de Tui, Pontevedra). Teresa Ubeira (pedagoga terapeuta) y Juan Llauder (neuropsiquiatra infantil) fundaron en la década de los 70 una escuela pionera en la integración aprovechando el espacio de lo que había sido un establecimiento hotelero de su familia. O Pelouro es:

 "una escuela donde poder ser uno y poder ser con otros”, un lugar donde “vivir la diversidad”.



La magia de poder ser

O Pelouro es una escuela para todos. Se da cabida a niños con diversas necesidades, como aquellos con autismo, síndrome de Asperger, síndrome de Down, así como a los superdotados y a quienes se consideran dentro de los parámetros de desarrollo "normales". Se trata de una escuela donde se promueve la idea de "ser uno mismo y convivir con otros", un lugar que celebra y fomenta la diversidad.

Detrás de este sistema que no entiende de aulas al uso, hay un estricto rigor científico. Aquí no hay hora de matemáticas o lengua, pero se aprenden esas asignaturas y muchas otras. Se trabaja por proyectos cooperativos según el interés de los estudiantes y en estos proyectos aprenden conocimientos de las distintas asignaturas que tendrían en un colegio ordinario, aunque no solo eso ya que también trabajan las habilidades sociales,  relaciones interpersonales y competencia emocional.


La voluntad de aprender

Parte del secreto del éxito radica en lograr “encender la chispa del querer aprender”. En O Pelouro no existe el fracaso. “Se acompaña al niño en el proceso de aprendizaje”. De la mano de los diez profesores que componen el equipo, sus 80 alumnos van construyendo su propio yo. “Cuando le dejas a un niño un pensamiento libre, todo es posible”. Por ello quienes conocen este centro aseguran que hablar de él es hablar de continua explosión. 


El reto del futuro

Desde O Pelouro se apuesta por la neuroeducación. “Hemos llegado al colapso emocional”. Hoy por hoy se ha exterminado la realidad y hay una preocupante confusión entre lo virtual y lo real. Podemos hablar ya de un Síndrome Normopático. La educación está tocando fondo y hace falta un cambio radical.


En mi opinión, considero que esta escuela es lo suficientemente interesante como para reflexionar sobre su funcionamiento, con el propósito de apreciar si sus enfoques pueden aportar beneficios a las escuelas convencionales. Por ejemplo: la reducción de alumnos por profesor, el enfoque de aprendizaje significativo, cultivar valores y competencia emocional. Creo que la promoción de escuelas que busquen innovar y abordar la diversidad de todos los estudiantes es lo que se necesita hoy en día, dado que las aulas con una gran cantidad de alumnos y una carga lectiva intensa a menudo resultan en la acumulación de información que, en la mayoría de los casos, se olvida semanas después de los exámenes. Sin embargo, sigue la duda sobre la viabilidad de extender este modelo a todas las escuelas públicas.




¡Hasta la próxima!

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